Hoy, en mi paseo diario junto a la niña rubia, nos hemos detenido un momento para mirar la obra de un pintor aficionado. Ya lo habíamos visto otras veces dibujando el paseo marítimo pero hoy, me he atrevido a curiosear. No le ha importado, al contrario. Me ha preguntado qué me parecía el cuadro. He tardado un minuto en contestar y al final le he dicho: “da paz”. El hombre se ha quedado pensativo y me ha respondido: “sí, es lo que siento yo estos días”. He sonreído y hemos continuado nuestro paseo hasta el final, cruzando con el cochecito el puente de madera y metal que hay frente a un restaurante.
Cada día, la niña y yo buscamos un recorrido diferente. Un día me da por buscar el lugar donde hagan el mejor croissant y nos sentamos en la plazoleta que hay frente al mar para comérnoslo. A ella le doy una patita y yo me como el resto. Luego, y si tenemos ganas, le mandamos un sms a un amigo. A la niña le dejo apretar la tecla de enviar (ahora está en fase apretar botones de ascensor y teclas). Otro me pierdo expresamente en el barrio marinero, buscando las casas blancas con geranios en los balcones, abiertos para dejar entrar el aire fresco. Como cada día, nos cruzamos con la señora a la que acompaña un perro salchicha, tan altivo como Bruc. La niña rubia lo señala con el dedo. Por suerte le gustan los perros, como a mí. Luego nos cruzamos con la pareja que hace footing. Seguidamente aparece la anciana a la que le gusta pararse un ratito para descansar y aprovecha para hablarme. Hace dos semanas me dijo que la niña se parecía a mí. Yo le aclaré que no era su madre, pero que era su tía. La mujer vio que había metido la pata, ya que la pequeña y yo no nos parecemos en nada. Ella es rubia y yo morena y difícilmente hubiera salido alguien rubio como ella a no ser que el padre fuera un nórdico, cosa improbable. Continuó la conversación y me explicó que en su juventud había estado al cuidado de cinco niños, y que la querían más a ella que a sus propios padres. Que un día los progenitores de la numerosa prole se fueron de viaje y ella y los niños no se acordaron para nada de ellos. Al contrario, cuando regresaron los ignoraron y se agarraron a las faldas de su tata para que no se fuera sin ellos. La vida es así.
Hoy me he decidido por bajarla a la playa. La he vestido de niña, la he peinado con dos coletas y hemos caminado empujando el cochecito de bebé hasta dar con el puente que nos gusta. Antes he cogido unas margaritas y he adornado su cabello con ellas. Yo, que prefería a los chicos antes que a las chicas, ahora peino coletas y prendo flores en ellas. Cuando le cuento a mi amiga la Bruji lo guapa que es la niña me recuerda con sorna: “ui sí, la que quería un niño…” y me callo dándole la razón, con lo que me cuesta…En fin.
Regresamos a casa cuando el sol empieza a picar y nos paramos por última vez para arrancar una mata de romero. Y como tengo un refrán para cada ocasión le digo a la niña: quien va al campo y no coge romero, no tiene amor verdadero. Por si las moscas, arranco una rama para mí. Antes de entrar en casa vemos a la vecina de al lado esperándonos. También le gusta hablar y me pregunta sobre los progresos de la pequeña. ¿Ya anda? ¿ya le han salido los dientes? Y le muestro orgullosa los cuatro dientes de leche que ya asoman. La mujer me hace una observación al ver que los dos incisivos superiores están ligeramente separados: “dientes de mentirosa”. Y se queda tan ancha. Hay que joderse…
Hoy hemos dibujado corazones en la arena para que el mundo sepa que nos queremos.
13 comentarios:
No saps com t'entenc. Vaig tenir una història semblant amb la princeseta quan era petitona i és que donen tant les criatures...
Gaudeix-ne molt i sigues ben feliç!
Un apunt maco, maco, Emily!
Petons!
Gracies, Rita, se't troba a faltar :) Bona nit i petons!
Ai Emily,
l´altre dia varem donar un passeig amb les dues nebodes de una amiga i els gossos i va ser una vesprada un poc estressant però sens dubte,molt entranyable.M´ho has recordat.
Bsts
Postdata:jo també n´agarre sempre romaní;)
Qué crónica tan tierna; me causa nostalgia de momentos con mi pequeña, años atrás.
Feia temps que no escrivies així. Aquest post ho té tot: és natural, és tendre sense semblar-ho, fa somriure, fa tenir la sensació de que encara la vida és una cosa senzilla i tan fàcil com donar-li una pota de croissant a una personeta que té el futur per endavant. M'ha agradat molt. Fes-nos aquests regalets més sovint, que no costen diners ("només" esforç) i valen molt.
Tot el que diu aquest senyor d´aquí dalt, clava-t´ho al front, i no protestis!
M´agrada veure´t així, de tieta-marona.Jo faig a l´inrevés, em menjo la pota del croissant jo i els dono la resta, que els convé més a ells que a mi.
Quina tieta més guapa! ;o)
Bé, es que com que ja t'han dit tot el que penso...
Petons, i gaudeix de la rinxols d'or.
PS: El problema de dibuixar a la sorra és que s'esborra molt aviat, i no ho pot veure massa gent. Millor seria aconseguir una bona llista de correus electrònics i enviar un missatge estil "spam" Llavors si que s'assabentaria tot el món ;o)
quin post tan bonic! M'ha agradat acompanyar-vos a tu i la nebodeta. Boniquetes!
El romaní que no falte, Troyana! Besets
Nameit, gracias :)
Paseante, ja era hora un comentari amable que sempre te'n fots de mi buaaaa
Gràcies, País. De moment la poteta,aviat em tocarà comprar-li un per ella sola.
Fra, quan ma filla i jo fem cors a la sorra, ja fem fotos. Així ens queden per sempre.
Khali, boniquetes sí que som ;) Gràcies.
Saps que no he llegit sinó que he vist el teu post? foto a foto ens has descrit el vostre passeig i l'hem pogut veure els altres: gràcies!!!!
Aiii les tietes, aiiii!!!
Ternament entranyable...
Em faràs una cueta, a mi?
Un passeig preciós, en bones mans, ofereix un preciós apunt que comença i acaba a la sorra de la platja.
RaTeta, ja ho dic jo que sóc visual :)
Veí, on la vols la cueta?
Òscar, gràcies per la visita. Te la tornaré:)
Publicar un comentario