Vuelvo a casa. Tranquilízate. Pongo la llave en el contacto y arranco el coche. Enciendo un cigarrillo y dejo que se consuma en el cenicero del coche. Hoy los trece kilómetros que me separan del apartamento se me hacen eternos. Sólo deseo acostarme en mi cama y dormir profundamente. Mañana ya pensaré en todo ello. En lo que ha significado volver a encontrarle después de tantos años. En todo lo que me ha dicho mientras hemos compartido un cigarrillo.
La imagen que me devuelve el espejo del ascensor me desagrada. Soy patética. ¿A qué has jugado? ¿Cómo has sido capaz? Pero no quiero pensar más. Intentaré olvidar lo que he hecho esta noche y mañana mi vida volverá a ser como antes. Sólo que hoy tengo día de descanso y no sé cómo voy a ocuparlo. Quizás invito a Dani a comer. Necesito contarle a alguien lo que ha pasado. Y ahora sólo le tengo a él.
Entro en mi apartamento. El perro sueña dormido en el sofá y ni siquiera levanta la cabeza para saludarme. Me siento junto a él para descalzarme. Mis piernas lo agradecen. Acaricio al perro y le beso.
Me dirijo a la habitación y oigo el respirar de alguien que duerme profundamente en mi cama. Es Dani. Me acerco a él y despeino su cabello para despertarle. Despierta, vamos, es hora de irte a tu casa. Abre los ojos y me mira somnoliento.
- Te estaba esperando. Hoy he tenido el presentimiento de que harías una tontería.
- No te preocupes, sólo he salido con los del trabajo.
- ¿Vestida así?
- Venga, soy una mujer y a veces me comporto como tal.
Me acuesto a su lado. Él no se mueve. Coge mi mano y la acerca a su cara.
La imagen que me devuelve el espejo del ascensor me desagrada. Soy patética. ¿A qué has jugado? ¿Cómo has sido capaz? Pero no quiero pensar más. Intentaré olvidar lo que he hecho esta noche y mañana mi vida volverá a ser como antes. Sólo que hoy tengo día de descanso y no sé cómo voy a ocuparlo. Quizás invito a Dani a comer. Necesito contarle a alguien lo que ha pasado. Y ahora sólo le tengo a él.
Entro en mi apartamento. El perro sueña dormido en el sofá y ni siquiera levanta la cabeza para saludarme. Me siento junto a él para descalzarme. Mis piernas lo agradecen. Acaricio al perro y le beso.
Me dirijo a la habitación y oigo el respirar de alguien que duerme profundamente en mi cama. Es Dani. Me acerco a él y despeino su cabello para despertarle. Despierta, vamos, es hora de irte a tu casa. Abre los ojos y me mira somnoliento.
- Te estaba esperando. Hoy he tenido el presentimiento de que harías una tontería.
- No te preocupes, sólo he salido con los del trabajo.
- ¿Vestida así?
- Venga, soy una mujer y a veces me comporto como tal.
Me acuesto a su lado. Él no se mueve. Coge mi mano y la acerca a su cara.
- Siempre me han gustado tus manos.
"Amor en venta, joven y apetitoso. Amor en venta, amor fresco. Y todavía sin estropear. Amor en venta, sólo ligeramente mancillado. Amor en venta. ¿Quién quiere comprar? ¿Quién desea catar mi oferta? ¿Quién está dispuesto a pagar el precio de un viaje al paraíso? Amor en venta. Que los poetas canten al amor, a su infantil manera. Yo conozco todos los amores que hay, mucho mejor que ellos. Si queréis conocer la emoción del amor, yo he pasado por el molino del amor. Del amor viejo, del amor nuevo. De todos los tipos del amor, menos del verdadero. Amor en venta. Si quieres comprar mi mercancía, sígueme por las escaleras. Amor en venta".
Cole Porter