martes, 23 de diciembre de 2008

PUES ESO, FELIZ NAVIDAD




Nunca he coronado con una estrella un árbol de Navidad.
Nunca he visto caer la nieve en Navidad.
Nunca he patinado sobre hielo en la pista del Rockefeller Center.
Nunca me he deslizado en trineo sobre la nieve cuesta abajo.
Nunca he saltado una valla de madera ni me he caído de bruces sobre la nieve.
Nunca he regalado mi desayuno de Navidad a una familia desafortunada
Nunca he arrastrado un abeto por las calles iluminadas.
Nunca he visto a Santa Claus entrar por la chimenea ni he colgado un calcetín en la repisa.
Nunca he cocinado un christmas cake con Truman Capote en una cocina mal iluminada.
Nunca he abierto regalos sentada junto a un árbol adornado con bolas de cristal.
Nunca he cantado White Christmas con Bing Crosby al piano.
Nunca he visto nacer cachorros de gato un día de Navidad.
Nunca he visto dormitar a un perro junto al fuego.

Y aun así mantengo mi espíritu navideño intacto.

martes, 9 de diciembre de 2008

SEÑORITA CORAZONES SOLITARIOS


Si tuviera la oportunidad de volver a nacer, no sería lo que soy. Sería la señorita corazones solitarios y tendría la solución a todos sus problemas sentimentales. Si no supieran qué camino deben tomar, allí estaría yo, tecleando la respuesta en la vieja máquina de escribir alemana de mi abuelo.

Si por un descuido se quedaran embarazadas, mi respuesta sería: querida, tenga el niño. No se arrepentirá de traer una nueva persona a este mundo imperfecto.

Si se quedara sin trabajo, le contestaría: querido, ¿su vida sexual funciona? Pues no se preocupe. El trabajo, al fin y al cabo, va y viene.

Si estuviera enfermo, le diría: ¿Hay tratamiento para su dolencia? Si lo hay, dé las gracias y sígalo. Y siempre mire a los que están peor que usted.

Si su vida sentimental es un desastre, pues no se apure. Si lo puede arreglar, arréglelo. Si no, abra la puerta, salga y no mire nunca atrás.

Si por el contrario, está sola, acuda a esa fiesta a la que ha sido invitada, y mire de encontrar a su media naranja. Mi profesora de religión me dijo en su día que Dios siempre enviaba un marido para cada mujer. Un gran consuelo.

Si está solo, búsquese un perro. Sobretodo ahora que llegan estas fiestas entrañables que casi todo el mundo odia. Hay cientos de perros que desearían estar con usted, y dormir a los pies de su cama. Y al apagar la luz para disponerse a dormir, mire a los ojos a ese ser que le acompañará hasta el fin de sus días. Y verá el agradecimiento en su mirada.

Si no entiende a su hijo, mire de recordar lo que hacía usted a su edad. Si persiste en no comprender qué le pasa a su hijo, respire hondo, fúmese el cigarrillo que guarda en el cajón para estos momentos claves y mire de hablar. Y sobretodo, escuche.

La señorita corazones solitarios se retira por un tiempo. Se fuma un cigarrillo y se va a ahogar sus penas en alcohol. Hoy lleva demasiadas vidas a sus espaldas y le cuesta vivir. Porque ella es especialista en arreglar las vidas ajenas.

Pero, ¿quién arregla la vida de la señorita corazones solitarios?
 
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