La semana pasada, después de que un amigo me insistiera en que debía conocerle, acepté una cita a ciegas con Jeffrey. Quedamos el martes en Middlesex. Nos mandamos un correo electrónico para acordar el sitio del encuentro, y le propuse la biblioteca. Normalmente en la primera cita busco un lugar concurrido, por si el tipo no me gusta y decido no darme a conocer y pasar de largo. Jeffrey me preguntó cómo nos reconoceríamos. Le contesté que ya le buscaría yo. Tenía una foto suya y me pareció agradable. Aceptó.
Nuestro primer encuentro fue tranquilo. Tomamos café en el bar y fumamos más de la cuenta. La ansiedad que me producen estas citas hace que fume más de lo debido y vuelva a casa con ganas de dejar para siempre este vicio. Como nos empezamos a gustar, repetimos cita. Miércoles, jueves, viernes y llegó el sábado. Yo sabía que el sábado sería el día en que seguramente iríamos más allá de los simples besos y que acabaríamos en la cama. Quedamos en mi casa y quiso ir directamente al asunto. Empezamos con las caricias a las once y veinte de la noche. Sé la hora exacta porque miré mi reloj amarillo. Estuvimos juntos hasta las dos y media sin que ninguno de los dos llegara a nada. Al final, saqué mi brazo para alcanzar el reloj sin que él se diera cuenta y le dije: Jeffrey, creo que deberíamos dejarlo para otro momento en que esté más animada. Se retiró visiblemente molesto y echó mano de un cigarrillo, no sin antes ofrecerme uno. Lo acepté y fumamos en silencio. Y llegó la temible frase que siempre espero oír:
- Oye, no te molestes, pero no has puesto nada de tu parte. Te has limitado a estar tumbada y recibirme.
Me molesté, aun sabiendo que le sobraba la razón.
-Bueno, no siempre hago lo mismo.
Le expliqué que normalmente mis mejores encuentros son con viejos amantes. La semana pasada quedé con Nathanael, aun sabiendo que me esperaba una noche sórdida con él. Pero me gusta la sordidez de miss lonelyhearts y acabo emborrachándome y con la cabeza sobre la mesa en algún tugurio de Nueva York.
Ayer por la tarde quedé con Truman. Teníamos que hacer planes para la Navidad y decidir si pasamos las fiestas juntos. Me gusta planearlas con tiempo. Pero hemos decidido dejarnos libre la noche de fin de año, por si uno de los dos tiene otro plan mejor. Acabamos la tarde en la cocina riendo y moldeando galletas como en los viejos tiempos. Sin sangre fría entre los dos.
Pero hay un amante que es el más especial para mí. Se llama Jerry, pero la gente le conoce como J.D. Con él todo es diferente. Nos conocemos de hace veinte años y con él no necesito juegos preliminares. En pocos minutos alcanzo lo que busco.
El pasado julio nos volvimos a ver. Él era el guardián entre el centeno. Suelo dejar un tiempo entre citas, para que cada vez que tengamos una, sea siempre como la primera. Y él sabe que nunca me defrauda. Los encuentros con J.D. ocurren en la playa y nos entregamos el uno al otro lejos de miradas inoportunas. O en sábados por la tarde con las persianas ligeramente bajadas. Con él no me avergüenzo de nada. Es verle llegar, con esa sonrisa ligeramente torcida, y el resto del mundo deja de importarme. Conozco a toda su familia Glass. Fui a la boda de Seymour. Pasé tardes con Franny y Zooey.
Ayer, justo a medianoche, alcancé en 6’5 minutos la felicidad, cuando empezaba el día perfecto para el pez plátano.
Nuestro primer encuentro fue tranquilo. Tomamos café en el bar y fumamos más de la cuenta. La ansiedad que me producen estas citas hace que fume más de lo debido y vuelva a casa con ganas de dejar para siempre este vicio. Como nos empezamos a gustar, repetimos cita. Miércoles, jueves, viernes y llegó el sábado. Yo sabía que el sábado sería el día en que seguramente iríamos más allá de los simples besos y que acabaríamos en la cama. Quedamos en mi casa y quiso ir directamente al asunto. Empezamos con las caricias a las once y veinte de la noche. Sé la hora exacta porque miré mi reloj amarillo. Estuvimos juntos hasta las dos y media sin que ninguno de los dos llegara a nada. Al final, saqué mi brazo para alcanzar el reloj sin que él se diera cuenta y le dije: Jeffrey, creo que deberíamos dejarlo para otro momento en que esté más animada. Se retiró visiblemente molesto y echó mano de un cigarrillo, no sin antes ofrecerme uno. Lo acepté y fumamos en silencio. Y llegó la temible frase que siempre espero oír:
- Oye, no te molestes, pero no has puesto nada de tu parte. Te has limitado a estar tumbada y recibirme.
Me molesté, aun sabiendo que le sobraba la razón.
-Bueno, no siempre hago lo mismo.
Le expliqué que normalmente mis mejores encuentros son con viejos amantes. La semana pasada quedé con Nathanael, aun sabiendo que me esperaba una noche sórdida con él. Pero me gusta la sordidez de miss lonelyhearts y acabo emborrachándome y con la cabeza sobre la mesa en algún tugurio de Nueva York.
Ayer por la tarde quedé con Truman. Teníamos que hacer planes para la Navidad y decidir si pasamos las fiestas juntos. Me gusta planearlas con tiempo. Pero hemos decidido dejarnos libre la noche de fin de año, por si uno de los dos tiene otro plan mejor. Acabamos la tarde en la cocina riendo y moldeando galletas como en los viejos tiempos. Sin sangre fría entre los dos.
Pero hay un amante que es el más especial para mí. Se llama Jerry, pero la gente le conoce como J.D. Con él todo es diferente. Nos conocemos de hace veinte años y con él no necesito juegos preliminares. En pocos minutos alcanzo lo que busco.
El pasado julio nos volvimos a ver. Él era el guardián entre el centeno. Suelo dejar un tiempo entre citas, para que cada vez que tengamos una, sea siempre como la primera. Y él sabe que nunca me defrauda. Los encuentros con J.D. ocurren en la playa y nos entregamos el uno al otro lejos de miradas inoportunas. O en sábados por la tarde con las persianas ligeramente bajadas. Con él no me avergüenzo de nada. Es verle llegar, con esa sonrisa ligeramente torcida, y el resto del mundo deja de importarme. Conozco a toda su familia Glass. Fui a la boda de Seymour. Pasé tardes con Franny y Zooey.
Ayer, justo a medianoche, alcancé en 6’5 minutos la felicidad, cuando empezaba el día perfecto para el pez plátano.
Lecturas (o relecturas) recomendadas para un buen otoño:
Miss Lonelyhearts de Nathanael West.
A Christmas memory de Truman Capote.
Un día perfecto para el pez plátano de J.D. Salinger.
Middlesex de Jeffrey Eugenides ( opcional ;))
Los relatos de Capote y Salinger se encuentran en la red.
17 comentarios:
Creia que me habia equivocado de blog.
Que gracia con todo ello
No n'he llegit cap.
Entre 6 minuts i mig i tres hores hi ha molta diferència no? jeje
Mari Pi, te has defraudado al final?, jeje
Khalina, comença a llegir-los. És una ordre!
El que em va costar aguantar les tres hores sense badallar i no ferir l'altre, jeje
I les "jaqueques"? Per què es van inventar?
Jo tampoc entenia res... ;-)
Confesso que tampoc n'he llegit cap. És greu?
Bona nit, maca!
También quedé con Jeffrey. Fue hace dos veranos y caí la primera noche. Procuro no hablar de sexo en los blogs, pero él penetró cada una de mis neuronas (no haré el chiste fácil de decir las que me quedan) y me dejó con ganas de convertirme en adicto a él, a su suavidad, a su naturalidad, a su modernidad. También me gusta montármelo con JD, con William, con Graham, con Jim, con John, con Günter, con Dashiell, con Raymond. Con Mercè.... Seremos promiscuos!
Un post perfecto. Lo he leído esta tarde, pero no estaba con ánimos para saborearlo tranquilamente, como se merece.
Les jaqueques? Ara en tinc una, però no he quedat amb ningú. Només toca els dissabtes...
Rita, Que el que em passa de veritat no ho explico, jeje. Aquest bloc és pura invenció, jeje
I tant que és greu, t'ho diu la doctora amor. Pren ibuprofé...
Paseante, tu i Jeffrey al llit?, costa d'imaginar-m'ho...Només t'ho has fet amb una dona? No sé què pensar. Com jo posi totes les dones amb qui he anat al llit, els pocs comentaristes masculins que tinc se'n van de cap, o en venen més, que això dona morbo.
Gràcies als tres. Bona nit o bon dia!
Pero los amantes se casan, al menos las mias, y ahora tengo que ayudar a los maridos a preparar la barbacoa el fin de semana o ayudar a sus niños en el parque...aiii que vida esta!!
¡Qué buenos amantes tienes! Debes de ser una mujer muy interesante.
Prueba a amar también la primera novela de Jeffrey, de la que Sofía Coppola rodó una película un poco floja, Las vírgenes suicidas. Éste es uno de los pocos libros perfectos que se han escrito en los últimos 15 años. No hablo de bien escrito sino de perfección, algo raro en la vida y en el arte. No sé si más raro en el arte que en la vida o al revés.
Atikus, que lo de quejarte es o tuyo! Ves probando, igual un día en una barbacoa...
Tarta, sí que son buenos amantes. Lo de si soy interesante...Lo dirán otros...Las vírgenes suicidas la tengo en mente. A ver si el lunes me hago con ella. A mí la peli me gustó. Le voy a dar otra oportunidad a Jeffrey, y a ver si me perdona mi falta de interés en la cama.
M'ha encantat el teu post. Molt. Primer em pensava que erets tu la prota. Després, quan ho he entès, m'has fet ganes de llegir-los tots.
Gràcies per les recomanacions, bonica!
Violette, que la prota sóc jo!
Vinga, comença a buscar-los
;)
Emili, pues en mi cieta a ciegas con Jeffrey, a les cinco minutos ya estabamos puestos en la faena! Y era un no parar!! Me pareció un amante perfecto... Aissss que suerte que en esto de los hombres tengamos gustos distintos a veces, así podemos no compartirlos!!! jajajajajaja
Quin post més genial!!! Et felicito!!!
Gemma, estimada, ho sento. Avui he quedat amb Jeffrey i m'ha dit de tornar a passar la nit amb mi. Se veu que m'ha perdonat el meu desinterés. He començat un nou llibre escrit per ell. A veure si millora al llit! T'ho juro que la darrera nit em va esgotar!
Gràcies, m'afalagues massa ;-)
Nada...que no se os puede dejar solos ni un par de semanas...jopetas , cuanta actividad..!!!
Y yo haciendo los cristales , limpiando la nevera descongelada ,decapando las bandejas del horno,el lavavajillas con vinagre para deshacer la cal ...
¿De donde sacais el tiempo para estaros tanto tiempo en la cama ..o encima de la mesa de billar?...¿Y con tanto extranjero...??!...y mira por dondeel Paseante enarbolando la bandera al grito "Seamos promíscuos!".
...no anem bé , que diria en Marcel-li Virgili...sempre parlant de sexe ...!
Querida Mk, que yo tengo mi lado de maruja. Cocino, limpio la casa, aseo a Bruc, de lo más normal. Pero por las noches, me vuelvo indiscreta, que diría Luisa María Linares...
Tu no et pots queixar, que tens bons amants també...Ara penso amb el Dràcula..amb qui has decidit passar l'octubre.
Publicar un comentario