Esta semana cumplo dos años de blog. Mi primer año fue, creo, para olvidar. Aunque lo pasé muy bien con tardes memorables con mi hermana MK, como cuando discutíamos sin descanso sobre quién de las dos era Jo March. Al final desistí. Jo March era ella y lo sigue siendo, alocada, impulsiva y maravillosa. Yo me quedé con el papel de Beth, y luego lo pensé mejor y decidí ser Elizabeth Barret Browning porque en sus poemas, me veía reflejada. Suenan antiguos porque hablan de amor, pero ¿no es acaso el amor antiguo?:
MIS CARTAS!
¡Mis cartas! Papel muerto... mudo y blanco... Y no obstante palpitan esta noche en mis trémulas manos cuando aflojo la cinta y caen sobre mis rodillas. Ésta decía: Dame tu amistad... Ésta fijaba un día en primavera para tocar mi mano... casi nada, ¡pero cuánto lloré! Ésta... un papel... decía: Te amo, y yo me estremecí como si Dios rasgase mi pasado. Ésta, Soy tuyo... pálida la tinta por estar junto a un pecho tumultuoso. Y esta última... ¡oh, amor!, no fuese digna de lo que dices si lo repitiera. Versión de Carlos Pujol--
Un día conté la relación que me une a mi hermano. Me divertí tanto contando nuestros años de vida en común…Hablé de mi perro, el único ser huraño que aún me quiere un poco. De las temporadas de mini magnum que compartíamos. De mi amiga la bruja, a la que quiero tanto…De los paseos por la playa con mi hija y el perro. De mis momentos bajos…De mi ansiedad. De mi viaje a Francia. De mi vida conyugal junto a Bruc. Los poemas de Bernardo Atxaga. Saludé al mes de mayo con un poema de Kirmen Uribe. Publiqué fotos de mis colchas de patchwork. De mis tardes de cine. Publiqué cuentos, La Bordadora, Las Hermanas y mi preferido, Un día el Creador, cuando cumplí 42 años…De mi contractura muscular y el chalado médico argentino. De mi tío Joan, del cine y lo que significaba en mi vida. De mi padre el futbolista, de mi locura cuando sopla el mestral…De un bolso extraviado y de una camisa blanca. De mi amor por Salinger y de extrañas parejas. De mi inexistente boda y de las vírgenes suicidas. De cómo perdí la ilusión por vivir, señorita corazón solitario, cansada de llevar sobre mis espaldas otras vidas que me pesaban demasiado…De manzanas y de nieve. De mi jugador de básquet, mi primer amor y el más querido…
Os dejo un poema de Ana Rossetti. Sabía que llegaría el día en que necesitaría publicarlo. Pero nunca creí que sería ahora...
NUEVE
No juegas ya conmigo, tan orgulloso estás que más allá de ti no necesitas nada. Tú observas incesante, sin embargo te olvidas de que yo te soy tan parecida que te describiría con la fidelidad de un espejo: tan semejante a ti que hasta podrías amarme sin temor a excederte.
Pero, si en desdeñarme persistes obstinado, no importa, esperaré. Mientras enhebro cintas de dulce terciopelo en el blanco entredós de una tira bordada o anchas randas de encaje infatigable labro, atisbando estaré el menor de tus gestos. Tan preciso lo retendré en mi rostro, tan exacto, que pasado algún tiempo ,cuando la edad viril, arrasándote tras derruir la seda delicada exija tus mejillas para sus arrayanes, tu pecho como un muro para enredar su hiedra, no tendrás más remedio que mirarme. Y te verás en mí, adolescente, inmóvil durante muchos años todavía.
De momento Emily seguirá hablando sobre cómo es el mundo…