sábado, 22 de septiembre de 2007

DESAYUNOS


Normalmente mis desayunos consisten en un té verde y un ducados en la terraza, menos los sábados que voy a buscarme un croissant y lo comparto con el perro. Ahora mi amiga la bruja hace mermeladas, de albaricoque y de higos, y me pasa algunos tarros, con lo cual a media mañana me siento, saco la mantequilla, el bote de mermelada y otro té. El té, de sobrecito, carezco de la paciencia necesaria para prepararlo con tetera, bah! un minuto de microondas y tres pastillitas de sacarina...Odio el olor de la leche caliente, seguramente me viene de cuando salíamos corriendo hacia el colegio y teníamos los cuatro vasos de leche previamente colados para no encontrarnos las nubecitas de nata que tanto odiábamos.. Mi hermana insiste en que hay que tomar dos vasos de leche diarios, por lo del calcio y todo eso, y yo, replicona, le contesto: cuándo has visto tú que un perro beba leche después de que su madre deje de amamantarle! Pues eso!

Esta mañana he recordado el desayuno que nos preparó Anne Marie, cuando nos alojamos en su casa en La Rochelle. Viajábamos cinco en el Austin Metro que mi hermana acababa de estrenar. Tuvimos la suerte de encontrar la bella casa marinera de Anne Marie y su marido. El marido era el que llevaba la voz cantante, el que nos mostró la bella buhardilla que habríamos de compartir los cinco, el precioso baño de madera blanca, las camitas para enanitos de Blancanieves, decoradas con dibujos que luego supimos que la misma Anne Marie había pintado. Nos pidió que le pagáramos por adelantado, qué desconfiado era el hombre. Ah, y nos dijo que no hiciéramos ruido, porque con ellos vivía su anciana madre y no la habíamos de molestar...Dejamos las maletas y nos fuimos a comer. Cuando vió la hora, debían de ser las tres de paso, miró el reloj y dijo: Ah, oui! les espagnoles...

Por la noche, buscando un sitio para cenar, pasamos por delante de un cine, había el festival de cine de La Rochelle, y allí estaban, Anne Marie y su marido en la cola de las entradas, nos saludamos y nos fuimos. La expresión de la mujer era siempre de tristeza.

Al regresar para dormir subimos las escaleras de madera que crujía, y alguien dijo: cuidado, no despertemos a la vieja!

A la mañana siguiente bajamos a desayunar y lo que nos esperaba nos dejó boquiabiertos: una gran mesa de madera vestida de hilo, situada bajo un tragaluz, llena de exquisitas viandas: panecillos blancos en su correspondiente canastilla con mantelito de lino,croissants, mermelada casera de ciruela, mantequilla en su barquita de loza blanca, café recién hecho, té en su tetera, tazas, platitos, qué delicadeza! Todo preparado con mimo, y era para nosotros! No dábamos crédito! Apareció Anne Marie, y se lo agradecimos.Se quedó hablando un momento con nosotros. Nos explicó que era pintora, que ella misma había pintado los muebles, las paredes y las puertas con sus dibujos, y que luego nos enseñaría su taller. Advertimos un piano, sí, lo tocaba ella, hablamos de ópera, de nuestras árias preferidas, para luego retirarse discretamente hacia su taller y dejarnos desayunar.

Desayunamos como reyes, dando buena cuenta de todo ello, mientras discutíamos si de verdad existía la anciana, o la tenían momificada cual madre de Norman Bates, concluimos que la viejita no existía, era una invención del marido para que nos portáramos bien! riendo, miré hacia arriba, hacia el tragaluz y dije: la abuelita nos mira!!!!!!! A todos se les puso el pelo de punta.

Anne Marie nos vino a buscar, y atravesamos el jardín, donde vimos los ciruelos y el gato que trepaba por ellos, y nos mostró su taller de pintora y los muebles que restauraba, todo tan bello y delicado como lo era ella misma.

Recogimos nuestra cosas y nos despedimos, íbamos hacia Cancale, y antes de partir y mientras la pareja nos despedía con la mano, gritamos desde el coche: des saluts à la grand-mère!

13 comentarios:

Sumpta dijo...

És el record d'una història que la mantinc en el meu pensament tal com l'has descrita: Anne Marie (menuda, bella i trista. Segurament una dona decebuda), el seu marit geniüt, el petit i acollidor apartament, l'esmorzar amb el pa de brioix i la melmelada (tot tan francès!), els mobles provençals, la por i els riures per la iaia inexistent...

És un d'aquells records que s'evoquen amb tots els detalls...
Fa tant de temps que això s'esdevingué i ens ha restat tan a prop!

Emily dijo...

No fa tant de temps, dona, jo sempre penso que encara tinc disset anys!

MK dijo...

Un te verde y ...un ducados???!!
Lo del ducados será para que no fuera que los antioxidantes del té verde te afectaran demasiado...!
Fes el favor d´emortzar-me bé!
Al menys una torradeta per fer pared, dona!
A mi me encantan esos desayunos que mantienen la mesa bien puesta todo el día , sobre todo los dias de fiesta.Ese invento del brunch inglés es perfecto.

Sumpta dijo...

Emily i un bon esmorzar són incompatibles... Tanmateix, sembla que ara ja esmorza una mica millor. i més no, jo també li dic que ho ha de fer així.

Emily, fes cas a les que t'estimem.

Sumpta dijo...

Per cert, aleshores tenies disset anys??? I jo era tan jove?

Emily dijo...

No, Sumpta, era el primer any que deixèvem a la Coppini, per tant fes comptes

alatrencada dijo...

L'esmorzar és l'àpat del dia que més m'agrada. Amb tota la calma, llevar-me i tranquil.lament... Tot m'agrada. Primer un suc de taronja natural i després des de l'entrepà de pernil dolç al muesli amb iogurt, o alguna cosa dolça... Cafè molt poques vegades. Ara m'estic aficionant al tè amb un núvol de llet

Emily dijo...

Les actrius que canten i ballen necessiten molta energia! Ara estic fent un tè!

Anónimo dijo...

Tus escritos llenos de imaginacion los adoro.

Creo que tendrias que escuchar a tu hermana y tomarte los dos vasos de leche

Emily dijo...

Gracias Mapi, bienvenue!

el paseante dijo...

Qué mala eres! Y que charmants son los franceses! Bonita historia.

Emily dijo...

Ai si en sóc de dolenta! abans n'era més, i més ocurrent també..

Emily dijo...

Paseante, ;)

 
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