domingo, 20 de diciembre de 2009



Está a punto de acabar este último domingo antes de que empiecen las fiestas navideñas. Escribo un nuevo capítulo de D y L. Bruc duerme junto a mis pies, acurrucado frente a la estufa. Consulto el correo y veo que La RaTeta Miquey quiere jugar. La echaba de menos. Crearé para ella un personaje contradictorio, como solemos ser casi siempre las mujeres. A veces nos gusta beber y fumar como damas sofisticadas. Beber, reír y nunca pensar. Luego, ya en casa, nos quitamos el complicado traje de mujer fatal y cocemos mermeladas mientras de fondo alguien con voz de mujer, pongamos Billie Holiday, nos canta What a difference a day made. ¿Qué hace que un día sea diferente del resto de los días? Dadme una respuesta a mi pregunta. ¿Por qué a veces nos sentimos como niños pequeños? Tan vulnerables que sólo nos reconfortaría un abrazo de alguien que accediera a querernos. ¿Dónde te escondes, lover man? No sé por qué, pero me siento tan triste, canta Billie. La noche es fría. He oído decir que la emoción del amor es un sueño celestial. ¿Dónde estás, lover man? Me acuesto y rezo para que vengas a hacerme el amor, por extraño que parezca. Algún dia nos encontraremos y se secarán mis lágrimas, mientras me susurarrás al oído dulcemente. Abrazos y besos. ¿Dónde estarás, lover man?


Aunque estas letras parezcan tristes, no lo son. La música que suena es la culpable de mi estado. Dije adiós a la primavera y al verano. Pero este invierno que empieza será cálido, porque ahora, después de tantos años, demasiados, me siento completamente feliz. Porque presiento que quedarán atrás los malos momentos. Que mi hermana se recuperará. Que nacerá una niña rubia y nos hará feliz cuando duerma entre nuestros brazos. Que mis padres seguirán envejeciendo juntos por mucho tiempo. Que mi médico argentino, clavadito a un locutor de radio, me dará buenas noticias. Que J. seguirá escribiendo canciones perfectas. Que mi hija ficticia acudirá a su cita montada en su bicicleta, como si volara. Porque, ¿no es el amor lo que nos mantiene vivos?

Mi tío Joan seguirá vigilándonos desde su cielo. Nos protegerá, feliz, si nos ve felices.

Si os sentís mal, os dejaré un trozo pequeño de mi felicidad en vuestros calcetines. Para que nunca os sintáis como un niño sin madre, para que sepáis que estoy a vuestro lado, aunque estemos lejos. FELIZ NAVIDAD.
 
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