lunes, 6 de febrero de 2012

LA CAMA





Mi amiga la Bruji me explicó un día que si enseñas la casa a los invitados hay que tener los dedos cruzados, para ahuyentar posibles envidias…O a colgar un espejo justo en la entrada, para que todo lo negativo se quede en el rellano de la puerta…Para eso es una bruja, buena, pero bruja.
Ayer me dijeron: Emily, aún no has visto mi habitación…Pelirroja, deberías haber seguido el consejo de cruzar los dedos ante mi presencia. Aquella habitación que me mostraban estaba hecha para el amor. Sí, claro, también se puede dormir en ella, o escribir un relato vecinal una mañana de domingo mientras en el exterior caen copos de nieve. Pero como me decía mi madre: Emily, a ti la picardía no te dejó crecer. Y si veo una cama siempre pienso en lo mismo, ya saben. Aquella cama invitaba a tirarse en ella, como dijo una aprendiz de costurera momentos más tarde. Sí, a tirarse en ella y que haya alguien esperándote, pensé.
Mi amiga la Bruji se reía de mí porque una vez le conté un chiste. Más o menos era así: una pareja se casa sin consumar su amor antes de tiempo. Él era delgado, muy delgado. La noche de bodas apagan la luz, por timidez, supongo. Cuando el recién casado se tira en la cama haciendo el salto del tigre, ella grita contrariada: ¡cariño, enciende la luz que se me ha caído el crucifijo encima! Espero que se entienda. Como en la época que le conté el chiste a mi amiga yo salía con un chico delgado, muy delgado, ella se mofaba de mí y me decía: a ti lo que te va caer es el Santo Cristo encima si apagáis la luz…Porque si a mí la picardía no me dejó crecer a ella le ocurrió lo mismo.
Como normalmente los lunes hago limpieza general de la casa, le he echado un vistazo a mi habitación. Y he llegado a la conclusión de que mi dormitorio es el de una monja. No hay crucifijo pero es austera como una celda monacal: Sólo hay una cama, una lámpara que reposa en el suelo de madera sin una triste mesita de noche, una cómoda de metal donde guardo la ropa interior y una mesa de color rojo y sobre ella tres fotos: una de la niña rubia sonriendo, una mía junto a Paula, mi otra sobrina, en Sitges el verano pasado y la de mi tío Joan. Hay también una caja de madera que espera una restauración a fondo y dos carpetas con dos proyectos que más pronto o más tarde se realizarán. Y un perfume que huele a naranjas, nada sensual.
Pero cuando me acuesto en mi cama acompañada de Bruc y apago la luz para dormir (el perro me hace la vida imposible si quiero leer un ratito) le digo al oído: ¿tampoco estamos tan mal, no? Y él me responde suspirando profundamente como si me dijera: estamos bién, ahora durmamos un poco. Y sonrío porque los dos formamos un 44 perfecto.



11 comentarios:

Mari-Pi-R dijo...

No soy de la que me rio con los chistes y muchos ni los entiendo pues como dice mi marido no tengo sentido de humor, pero siempre he recordado el chiste que me explicaste en su vez el del crucifijo.
Deja tu habitación tal como está que con el tiempo va a coger ambiente.
Un beso

Emily dijo...

Bueno, tía, los piscis somos así, con sentido del humor, a veces demasiado. Tengo dos o tres chistes más, tampoco son tantos y siempre me repito :)
La habitación seguirá así.

PS dijo...

No puc dir-te aquí el que he pensat amb el sancristu... sóc una peixos amb la imaginació sempre a punt per enfilar-se i el sentit de l´humor una mica com el teu, entremaliat.

Diria que aquesta habitació de la foto està feta pel pecat, m´agrada per les picardies.La meva no l´ensenyo mai als convidats si no m´ho demanen expressament i la tinc "visible", en això sóc molt discreta i poc entremaliada.

A partir d´ara creuaré els dits, el mirall ja li tinc ;-)

Emily dijo...

País, m'agradaria saber què has pensat, malpensada...Ja ho tenim les piscis, molt entremaliades i a l'hora de la veritat...al menys jo :)
Fes cas de la Bruji

Xenia dijo...

per tirar-se en planxa :))

rhanya2 dijo...

Jeeeee.... :)

el paseante dijo...

En un dormitori no cal res més que un catre rectangular i unipersonal (això és molt important, que després sempre es despenja la típica model rossa de 180 centímetres d'alçada, o el típic teckel de 40 centímetres d'alçada, que es volen quedar a dormir amb l'excusa de que a aquesta hora no hi ha taxis per tornar a casa. Em passa cada dos per tres -lo dels teckels, no lo de les models- i és una situació molt incòmoda).

Al meu dormitori, només hi tinc l'accessori d'una tauleta de nit per posar-hi el Mundo Deportivo i la meva foto de la jura de bandera, i un póster del Messi que si em cau al damunt fa menys mal que un crusifix.

PD: Espero que tinguis en compte que t'he comentat abans que Fra Miquel i que el Veí de Dalt. Això són punts, no?

Ada dijo...

Pues yo al dormitorio tampoco le doy mucha importancia decorativa: total para apenas disfrutarlo unos minutos, al menos en mi caso, en que me voy fácilmente a otros mundos o bien estoy más atenta a otras cosas...:) Si me hablaras del salón o el estudio, ahí ya me parece que hay más vida, más nosotros...

TRoyaNa dijo...

Emily,
per a mi el dormitori ha de ser molt acollidor,confortable,com la resta de la casa,en realitat.
El llit que ens deixes a la foto,invita a imaginar "las mil y una noches...."
bsts

El veí de dalt dijo...

Hosti! Se m'ha avançat el carallot!
Nena, tu i jo sabem que tant de ferro amunt i avall, és per poder practicar el sa art del bondage, el kinbaku i el shibari (ja li he donat feina la Paseante perquè es documenti).
Suposo que les estrelles que hi tens penjades són per veure les "ídem" quan et tires... al llit (ja m'entens la metàfora burda).

PS M'encanta, per cert, l'atmosfera...

el paseante dijo...

No hi entenc d'òpera, però aquesta peça m'agrada. De qui és?

 
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